El Glamour de un Pulpo con Peineta

Ser mujer motera... y no desesperarse en el intento.

El adjetivo motera no sólo explica una circunstancia, también define un estilo de vida y toda una filosofía. Ser motera lleva implícito el gusto por la libertad, que las ataduras no son lo tuyo, que los espacios amplios y los horizontes infinitos elevan tu espíritu y que estás dispuesta a vivir y disfrutar todo tipo de aventuras, que aprecias y compartes esa camaradería especial de los que pertenecemos al mundo de las motos. Pero sobre todo eres mujer, y eso conlleva también una forma de ser, bastante tópica, de acuerdo, pero cierta por mucho que lo queramos negar. Por encima de todo queremos estar guapas ¿O alguna me va a negar que esto es así? No ¿Verdad?

Pues eso. El caso es que cuando decides que te vas a poner en marcha, comienzas a planificar la ruta, te armas de mapas, guías de viaje, internet y Google echan humo, papel, bolígrafo, calculadores de kilómetros, en Booking, Trivago y Tripadvisor deberían darte puntos de tantas búsquedas como haces, le das vueltas, más vueltas, descubres otro lugar que te gustaría visitar y rehaces el planning para encajarlo. En resumen, pasas un trabajo de chinos pero disfrutas como una loca y al final ¡Listo! Todo preparado para cargar las maletas y salir... Y es exactamente ahí cuando empiezan los problemas.

¿Os habéis parado a pensar en el tamaño de las maletas de una moto? Ya os digo que son bastante pequeñas ¡Enanas! Si te vas de fin de semana bastan y sobran, pero si el viaje va a ser largo necesitas ser una experta en Tetris. Os confieso que yo ya me he visto todos los tutoriales de internet sobre cómo hacer y rentabilizar un equipaje y oye, algunas cosas funcionan de verdad.

A lo que íbamos. Los chicos, por regla general, al menos los nuestros, tienen menos problemas y solo necesitan meter mudas limpias, camisetas moteras, un vaquero a mayores y alguna prenda para vestir "de bonito" como decimos nosotros al llegar al destino de ese día. Y nosotras también, claro, pero... no vamos a llevar cualquier camiseta, tiene que combinar porque no vas a pasearte por ahí hecha una andrajosa, y tiene que estar decente, que no se arrugue demasiado, así que ya has eliminado de tu guardarropa casi todas las que tienes porque llegarían como un higo y quieres meter un vestido, por si por la noche salimos a cenar, y tampoco puede arrugarse claro... ¿Y el calzado? Ese es otro capítulo porque no te vas a poner esa blusa tan mona (que no se arruga) con las botas de moto.

Y ahora llegamos a otra grave cuestión, el neceser. Hay que meter de todo, gel y champú, por supuesto mascarilla o acondicionador, cepillo y dentífrico para los dientes, crema hidratante para el cuerpo (no veas lo que se te reseca la piel después de tantos kilómetros encima de la moto), todo lo referente a la limpieza y cuidado del cutis, o sea, agua micelar, la nutritiva, la hidratante, un suero vendría bien, el contorno de ojos, los algodones... Y el maquillaje, al menos la máscara, un poco de color y una barra de labios, nada de eso puede faltar. Y te pasas todo el año coleccionando botecitos o muestras para poder tenerlo todo y ¡Lo consigues! En un espacio exigüo no te falta de nada. Eso sí, el cepillo para alisarte el pelo mejor lo llevas en el bolso o mochila porque en la maleta ya no cabe...

¿Alisarte el pelo? ¡Ja! Misión imposible. No hay manera, por mucho que lo intentes el secador no entra, podrías hacerte con uno de viaje, pero no se diferencia mucho de los que te encuentras en los hoteles y no, no sirven, te lo secas, vale, pero de ahí a tenerlo impecable va mucho trecho. Y tú ves en las películas, y en las fotos, esas chicas con su melena al viento, sin nudos, perfectamente peinadas... Bueno, pues es ciencia ficción. Pobre de ti que te olvides de hacerte una trenza y mejor que la metas por dentro de la cazadora, porque como lo lleves suelto o simplemente en una coleta a parte de los latigazos que vas a tener que sufrir, los nudos no los deshace ni un marinero experto. Ya no hablamos de las horas que llevas el casco puesto y de lo que esto significa para el volumen de tu peinado, te queda tan pegado al cuero cabelludo que parece que te ha lamido una vaca. Pero para todo hay solución, de verdad.

Te haces ilusiones con las fotos que te vas a hacer en todas esas maravillosas localizaciones que visitarás y alguien nos dijo que nos bajáramos de la nube, que después de tantos días íbamos a tener menos glamour que un pulpo con peineta. Sin embargo, no es cierto, se puede hacer, todo es devanarte los sesos y encontrar soluciones, porque las hay. Si el pelo se te pega, te pones un pañuelo, una bandana motera es perfecta, y listo, una barra de labios con un poco de color obra un milagro, ese vestido tan mono que no se arruga lo combinas con unas chancletas de lo más chic y un pequeño bolso de Vuitton (que caben perfectamente en el equipaje) y que te discutan que eso no es trendy. Porque señoras y señores, un pulpo con peineta puede tener mucho glamour como lo demuestra la ilustración de arriba.

Y a pesar de todo esto, no cambiaría por nada el placer de viajar en moto, por esa sensación de libertad, aunque sea con el pelo enredado, por ese ser tú, tus compañeros, la moto y el paisaje. Me gusta sentir la potencia del motor en las piernas cada vez que aceleras saliendo de una curva, el viento y el sol en la cara, la lluvia no tanto, la verdad, a pesar de que siempre acabas con un maravilloso bronceado a colores porque no es cuestión de ir en bikini, seguridad ante todo. Y el resto de detalles son pura anécdota porque, en realidad, el glamour es una actitud y nosotras somos las más glamurosas del mundo.

Comentarios

  1. Te estás superando. Genial entrada!!!

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  2. �� �� Ánimo en la carretera!

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    1. En la carretera siempre, aunque sea con los pelos locos.

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  3. Por si no lo ves, lo del comienzo son caritas de risaaa!

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  4. Jaja me sentí tan identificada contigo, me has adivinado algunas líneas de la mente. 😎💞

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